Aspectos a tener el cuenta de las lunas delanteras:
Las lunas para camiones tienen unas características muy parecidas a las lunas de los coches, pero son de mayor dimensión y más pesadas.
Cuando un parabrisas resulta dañado, hemos de tener en cuenta que eso no sólo implica una reducción de la visibilidad o un defecto estético, sino que además puede suponer un grave peligro para la conducción.
El hecho de tener una luna delantera en mal estado es uno de los principales motivos que reducen la capacidad del vehículo para responder ante determinadas situaciones bastante comunes durante la circulación. Por ello queremos recalcar su relevancia.
El parabrisas acostumbra a ser el elemento al que se le da menos importancia en cuanto a la seguridad activa y pasiva del vehículo, lo cual supone un grave error.
Gran parte de los conductores consideran más importante la visibilidad que un parabrisas roto, obviando aquellos impactos que se sitúan fuera de la visión del conductor, sin tener en cuenta los riesgos que este hecho puede provocar en el supuesto de sufrir un incidente.
Riesgos de tener las lunas delanteras en mal estado:
1. Reducción de la visibilidad
Este es uno de los aspectos que, comúnmente, más preocupa a la mayoría de los usuarios. En función de donde se encuentre el daño en el cristal y de su tamaño, el desperfecto puede llegar a originar un punto ciego incidiendo de forma directa en el tiempo que se tarda en reaccionar ante cualquier imprevisto o situación en la vía, lo cual puede llegar a suponer un grave peligro.
2. Fragilidad de la estructura
Un cristal roto repercute en gran medida en la resistencia del conjunto del vehículo. Una de las funciones del parabrisas es aportar estabilidad al techo, por tanto, si el cristal está agrietado, en caso de producirse un accidente y ejercerse más fuerza de lo habitual, existen más posibilidades de que la estructura se hunda sobre los asientos de los ocupantes.
3. Ineficacia del airbag
Este elemento de seguridad tan importante y determinante está directamente condicionado al buen estado del parabrisas. En la mayoría de los coches, el airbag rebota contra la luna delantera al activarse, por lo que si el parabrisas está dañado, es probable que no aguante la presión y el airbag no se desplegará correctamente.
4. Escasa retención
Aunque es obligatorio el uso del cinturón de seguridad durante cualquier desplazamiento, el parabrisas también es, en cierta manera, un sistema de retención de los pasajeros en los viajes. Son múltiples las pruebas de choque que pasan las lunas delanteras para comprobar su adecuado funcionamiento con el fin de evitar desplazamientos incontrolados de las personas que se desplazan en el coche.
Por tanto, el hecho de circular con un cristal rajado o con desperfectos hace que las probabilidades de lesiones durante un accidente se incrementa, puesto que puede ofrecer una protección menor.
5. Ubicación de la cámara
Distorsiona la imagen, afectando a su buen funcionamiento (sistema ADAS). Es fundamental seguir mejorando la tecnología de los parabrisas para garantizar la seguridad en la conducción. También es muy importante la implicación de todos los conductores en cuanto a ser conscientes de la importancia de este cristal.
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